Esta obra fue compuesta por Rachmaninoff en 1910, aunque recuerda principalmente el estilo de música ortodoxa antiguo. Responde a la intención de los autores rusos de su época de rescatar las melodías y ritmos típicamente rusos en un nacionalismo musical.
Al igual que la música renacentista, no existe una melodía identificable que seguir en la obra, sino que escucharla consiste en fijarse en cómo se suceden las armonías entre las distintas voces, de manera que transmite de una manera muy especial, usando la música como medio único, la contemplación de Dios.
Es normal que al principio pueda resultar un poco aburrido, porque estamos acostumbrados a reconocer las músicas que escuchamos y acompañarlas hasta que terminan, cosa que no podemos hacer en estas piezas. Son músicas para escucharlas del mismo modo que contemplamos la belleza de Dios.
Música para contemplarla.
Liturgia de San Juan Crisóstomo, de Rachmaninoff
Al igual que la música renacentista, no existe una melodía identificable que seguir en la obra, sino que escucharla consiste en fijarse en cómo se suceden las armonías entre las distintas voces, de manera que transmite de una manera muy especial, usando la música como medio único, la contemplación de Dios.
Es normal que al principio pueda resultar un poco aburrido, porque estamos acostumbrados a reconocer las músicas que escuchamos y acompañarlas hasta que terminan, cosa que no podemos hacer en estas piezas. Son músicas para escucharlas del mismo modo que contemplamos la belleza de Dios.
Música para contemplarla.
Liturgia de San Juan Crisóstomo, de Rachmaninoff
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