Para explicar qué es esta pieza, hay que extenderse sobre la historia de la obertura de Fidelio, la única ópera compuesta por Beethoven.
Cuando se estrenó Fidelio en 1805, Beethoven incluyó una obertura que después resultó un fracaso (junto al resto de la ópera, pues tuvo que ser reestrenada varias veces hasta que tuvo éxito).
Esta primera obertura de Fidelio se cree que es la que se conoce hoy como Leonora n. 2. Se le puso el nombre de Leonora, porque esta ópera se estrenó bajo este nombre, aunque en sucesivos reestrenos ya se le cambió al actual Fidelio (Fidelio es el mismo personaje de Leonora que se viste de mujer para salvar a su marido que está preso en la cárcel de Sevilla).
Como no gustó, reformó la ópera y también la obertura y compuso esta otra, Leonora n. 3 para volverse a estrenar en 1806. Muchos piensan que es la mejor de las cuatro oberturas que Beethoven compuso para esta ópera, pero si la escuchas verás que parece más una sinfonía que una obertura por su ritmo y la espectacularidad de sus sonidos.
Total, que tampoco resultó (porque el mismo Beethoven se dio cuenta que era demasiado para una obertura) así que la volvió a modificar y consiguió la que hoy se conoce como Leonora n. 1 (sí, lo de los números es un poco locura) para una representación de la ópera en Praga en 1807.
Pues tampoco cuajó la cosa, así que ya un poco aburrido compuso una obertura desde cero que es la Leonora n. 4 o también conocida como Fidelio que es la que se interpreta normalmente hoy junto con la ópera. Algunos directores por propia iniciativa incluyen esta obertura (Leonora n. 3) entre las escenas 1 y 2 del segundo acto como medio de dramatizar ese paso escénico, aunque tampoco es unánime esta decisión.
De hecho, entre las obras de Beethoven, Fidelio tiene un único número de Opus (la número 72) a pesar de tantos cambios y reestrenos. Pero como Leonora n. 3 queda un poco aparte de la versión final de la ópera que se interpreta habitualmente, pues se le dio el número de Op. 72a dándole entidad de pieza aparte de la ópera y así se interpreta en muchos conciertos hoy, como una pieza más de sala de conciertos que de ópera.
Si tienes curiosidad de escuchar Leonora n. 3 (resumiendo, es una de las oberturas que Beethoven compuso para la ópera, pero no es la que se interpreta habitualmente ahora; es quizás la más bonita y espectacular de todas) pues te adjunto el enlace. Esta buena historia bien merecen los 15 minutos que dura la obertura. (Cuando termines de escuchar la obertura, imagínate que eres un cantante de ópera y que tienes que empezar con tu música después de haber oido eso. Acobarda un poquito).
Leonora n. 3, de Beethoven
Cuando se estrenó Fidelio en 1805, Beethoven incluyó una obertura que después resultó un fracaso (junto al resto de la ópera, pues tuvo que ser reestrenada varias veces hasta que tuvo éxito).
Esta primera obertura de Fidelio se cree que es la que se conoce hoy como Leonora n. 2. Se le puso el nombre de Leonora, porque esta ópera se estrenó bajo este nombre, aunque en sucesivos reestrenos ya se le cambió al actual Fidelio (Fidelio es el mismo personaje de Leonora que se viste de mujer para salvar a su marido que está preso en la cárcel de Sevilla).
Como no gustó, reformó la ópera y también la obertura y compuso esta otra, Leonora n. 3 para volverse a estrenar en 1806. Muchos piensan que es la mejor de las cuatro oberturas que Beethoven compuso para esta ópera, pero si la escuchas verás que parece más una sinfonía que una obertura por su ritmo y la espectacularidad de sus sonidos.
Total, que tampoco resultó (porque el mismo Beethoven se dio cuenta que era demasiado para una obertura) así que la volvió a modificar y consiguió la que hoy se conoce como Leonora n. 1 (sí, lo de los números es un poco locura) para una representación de la ópera en Praga en 1807.
Pues tampoco cuajó la cosa, así que ya un poco aburrido compuso una obertura desde cero que es la Leonora n. 4 o también conocida como Fidelio que es la que se interpreta normalmente hoy junto con la ópera. Algunos directores por propia iniciativa incluyen esta obertura (Leonora n. 3) entre las escenas 1 y 2 del segundo acto como medio de dramatizar ese paso escénico, aunque tampoco es unánime esta decisión.
De hecho, entre las obras de Beethoven, Fidelio tiene un único número de Opus (la número 72) a pesar de tantos cambios y reestrenos. Pero como Leonora n. 3 queda un poco aparte de la versión final de la ópera que se interpreta habitualmente, pues se le dio el número de Op. 72a dándole entidad de pieza aparte de la ópera y así se interpreta en muchos conciertos hoy, como una pieza más de sala de conciertos que de ópera.
Si tienes curiosidad de escuchar Leonora n. 3 (resumiendo, es una de las oberturas que Beethoven compuso para la ópera, pero no es la que se interpreta habitualmente ahora; es quizás la más bonita y espectacular de todas) pues te adjunto el enlace. Esta buena historia bien merecen los 15 minutos que dura la obertura. (Cuando termines de escuchar la obertura, imagínate que eres un cantante de ópera y que tienes que empezar con tu música después de haber oido eso. Acobarda un poquito).
Leonora n. 3, de Beethoven
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