El comienzo de este concierto es archiconocido.
La sonoridad de su música es espectacular. La melodía inicial va cambiando del piano a la orquesta. Como concierto que es (y no una sinfonía) el solista interactúa con la orquesta y con otros instrumentos en una especie de batalla, a veces, y otras cooperación, para desarrollar las melodías que son presentadas.
Como romántico que es su autor, la música nos va describiendo distintos pasajes y escenas que se van sucediendo.
Curiosamente, aunque su autor era ruso, viajó por Estados Unidos, y el estreno de este concierto fue en 1875 por la Boston Symphony Orchestra (BSO), en Boston, claro está.
Concierto para piano y orquesta n. 1 de Tchaikovsky
La sonoridad de su música es espectacular. La melodía inicial va cambiando del piano a la orquesta. Como concierto que es (y no una sinfonía) el solista interactúa con la orquesta y con otros instrumentos en una especie de batalla, a veces, y otras cooperación, para desarrollar las melodías que son presentadas.
Como romántico que es su autor, la música nos va describiendo distintos pasajes y escenas que se van sucediendo.
Curiosamente, aunque su autor era ruso, viajó por Estados Unidos, y el estreno de este concierto fue en 1875 por la Boston Symphony Orchestra (BSO), en Boston, claro está.
Concierto para piano y orquesta n. 1 de Tchaikovsky
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